Hablamos de buen producto cuando más allá del proyecto que lo fundamenta existen circunstancias productivas superadas y el proyecto, devenido a prototipo en la etapa anterior, comienza su fase productiva.
El desarrollo de la matricería o los utillajes necesarios, la relación directa con los proveedores, el seguimiento de producción con la determinación final de sus materiales y pigmentos, la garantía en el control de calidad de las piezas… son algunas de las instancias por las que atraviesa el producto a la hora de la puesta en marcha de su producción.